viernes, 29 de abril de 2011

¿Qué crees que es?

Lo he visto tiritando entre el bullicio,
sólo y erguido entre todo el gris del mundo,

Lo he visto grande siendo del tamaño de mi mano,
Lo he visto y me he ido.

He caminado entre su mundo, lejos de él
y me ha seguido, entre mis pensamientos.

Por la noche, tiritando,
todo lo que le rodea está muerto,
y el sigue erguido y solo,
Lo he visto.

Su casa un desierto de asfalto,
Su tiempo para mi es el mismo.

Lo he visto mojarse bajo la lluvia,
Lo he visto luchando,
Lo he visto si poder beber bajo el sol
Lo he visto enterrado bajo la nieve

Lo he visto, y ya me había ido,
Pero su verde se quedó conmigo,

¡Qué grande!
¡Qué poder!

Siendo del tamaño de mi mano

Lo he visto entre gris, entre la suciedad,
en la soledad, vivo en la muerte.

Lo he visto y no he podido dejar de verlo,
y se ha ganado mi respeto, siendo objeto de ignorancia,
pisoteado por todos aquellos que han caminado ese asfalto,
que han grabado su nombre en aquellos ladrillos que lo acompañan.

Lo he visto, y verlo me ha cambiado la vida,
y verlo me ha hecho amarlo,
y ahora solo pienso en volver a ese mundo, para volver a verlo.

Es raro sonreír por haberlo visto,
pero verlo era ver la vida, ver la esencia de la vida,
la vida luchando, la vida floreciendo...

¿Seguirá mañana ahí?
¿Sobrevivirá a todo aquello que lo mata?

Sigue tiritando, pero mi abrigo no le sirve de chaqueta,
mi presencia para él distante es difusa,
Lo he visto y no sabe quién soy,
Lo he visto y no me ha visto.

¡Qué grande!
¡Qué extraño!

Siendo del tamaño de mi mano...

¿Qué sería mi mano sin mi o yo sin mi mano?

Y él no tiene manos ni pies,
él esta solo tiritando,
él está sujeto a un pequeño espacio.

Él es vida y verlo vivo...
Él es lucha y verlo luchando...
Él es él y él siendo.

jueves, 28 de abril de 2011

Amo al ladrón de mi tiempo

Verás, el tiempo ha decidido robarme;
Un día se llevó consigo mi inocencia.
Me robó la vida de gente que apreciaba.
Me robó los recuerdos, me robó horas de sueño...

Y ahora, me ha decidido devolver todo;
Ha pactado con algún espacio para mi desconocido:
regalarme 24 horas donde vuelvo a ser inocente,
donde estoy acompañada, donde creo nuevos recuerdos,
donde no tengo sueño... donde amo.

Luego, acaban las horas y vuelve a ser ladrón de una vida que no es mía,
se la lleva mi acompañante y deja en su ausencia la espera y la esperanza, de otro día,
de 24 horas donde el tiempo pacta con el espacio y te trae a mi;

A mi tu sonrisa que siempre lo fue todo,
tu ojos que siempre me dijeron la verdad,
A ti que eres mi amigos a ratos
y mi amante en momentos que parecen días
que parecen vidas que lo tienen todo.

...

Y no necesito más,
más que recordar ese regalo caprichoso.
Se que no puedo, que no podré tenerte siempre,
pero para qué vivir un para siempre
si un instante contigo es un placer eterno.

Y no necesito más,
más que esas horas que lo son todo;
que son calor, que son frío,
que son suspiros de cansancio, de placer,
de alegría, de tu vuelta a perder.

Y no necesito más,
más que el silencio que vale más que cualquier ruido,
que tu brillo lo dice todo,
que tu mano lo ocupa todo,
que tu piel con mi piel que lo son todo.

Y no necesito más,
¿Más qué?
¿Qué mas puedo necesitar
si el tiempo ha decidido
darmelo todo?