domingo, 2 de octubre de 2011

Una de artistas, no lo intentes comprender. 7 de Jul, a las 17:46


Un hombre que no era hombre e intentaba con dificultad atravesar la carretera

Largo tiempo después, sentó al lado de la mujer que era aún mujer.

Educado, sin la voz de otros tiempos y con la misma dificultad, preguntó a la mujer si le importaría que fumase en aquel lugar;

Ella escribía y por primera vez y sonriente, puede que por ya no ser hombre, contestara que no le importaría.

Largo rato y ella no paró de escribir y él intentó en varias ocasiones fallidas, encender aquel cigarro que sujetaba con la común dificultad que parecía rodear a aquel que una vez fue hombre, con una mano, que ya no era mano.

Y por algún motivo le ofreció un caramelo "sin azúcar" insistió a aquella niña que era mujer, que si era.

Lo rechazo en un primer momento, luego lo acepto y guardó.

Ella dejó de escribir y le ofreció educada leer aquello que le había mantenido ocupada, él dijo si.

"Los artistas son los más arduos y peligrosos conquistadores, porque ellos son el reflejo del más puro ansia del amor.

Ellos te harán suya con un gesto, y perderás todo lo que ellos de ti añoren.

Pero reza por no ser su musa... porque ellos viven de su alma.

y una vez olvidado el amor de tus sueños, consumidos todos ellos por su tinta, solo entonces te dejan marchar, siendo alguien que no eras, siendo algo que ya no puede sentir ni ser, que no puede ver porque todo lo que en ti vio ahora son palabras, y el carmín de tus labios párrafos y tu sangre hojas.

Ten cuidado con los artistas, se alimentan de las musas que encuentran en su desesperada búsqueda del amor, y sin darse cuenta, destruyen lo que más ansían, lo que más respetan, y lo destruyen sin apenas llegar a saber cómo tocarlo."

El autobús llegó, el hombre le miró siendo hombre, y ella preguntó sin subiría, el solo respondió, "muy bien", ella se marchó y él se despidió siendo, volviendo puede que por un instante a ser, pues igual que el artista inspira el alma de su musa sin dejarla sin vida, el hombre pensó, escuchar expirar sangre de sus labios conversos en palabras, le recordó quién una vez era.