miércoles, 9 de noviembre de 2011

Me dediqué a dejar que se fueran.


Acabo de recordar el momento en el que sentía que lo tenía todo. recuerdo que nada era necesario, que no había más ansia, que si quería un beso tu me besabas, que si quería cantar, ella conmigo cantaba, que si quería viajar, algún alma me acompañaba.


Pero me dediqué a perderlo todo.


Siempre me culpé a mi, porque era más fácil, decir que la culpa era mía, que era yo quién hería, quién no podía, era más fácil ser una mentira.

La primera vez que te alejé de mi, recuerdo llorar entre pasillos largos, blancos y vacíos, recuerdo sentarme en un baño, cerrar la puerta y taparme la boca; aunque taparme la boca nunca fue suficiente.

¿Sabes ese momento en que ya no late más tu corazón, en el que tus pulmones arden en el infierno y en el que las lágrimas acuchillan tu sien?

Fuiste una persona importante, nunca te portaste mal, nunca debería de haberte dejado marchar.

Pero está es mi historia, es mi historia porque yo soy quién elige desaparecer, elijo quién y cuándo entra y sale de mi vida, de una manera egoísta en su doble faz. No lo entenderás.


Si te busco,

ahora se que no vendrás,

si te encuentro,

ahora se que no estarás.


Luego solo se, que cada uno es más feliz a su manera, y todas las maneras son mejores sin mi.

Porque una mujer enamorada no es digna de amar, porque una mujer digna ha de abandonar lo que ama, porque he sentido el infierno demasiadas veces.

Siempre te recordaré como una de las partes más bonitas de mi vida, siempre me arrepentiré de no haberte dicho que te quería en aquel momento cuando todavía no te habías ido. Pero lo que nunca me perdonaré, nunca, será haberte decepcionado.

Ahora todo es diferente, los días son años que son lustros que lo difusan todo, que lo borran todo, y un hasta siempre es un ayer borrascoso, y los sentimientos se olvidan, y aquellos breves abrazos espontáneos, aquellos se que no volverán, pero que amaré siempre.

Ahora todo es diferente, porque todo es más duro; si alguna vez pude ver una realidad buena, esa fue antes, mucho antes de que
un rayo cegara mi iris y una tormenta borrara de mi mirada la calma, y así todos aquellos cuchillos recopilados no eran más que la excusa perfecta para hacerme fuerte.

Andar sola y añorar siempre lo que nunca se ha tenido, pero saber que está ahí, que puede ser tuyo, que quizás algún día alguien te devuelva la vista, que puedas confiar, que puedas amar, que puedas ser valiente y decir lo que sientes en el momento en el que tu corazón te pide a gritos que lo digas, e intentar no ser actriz, e intentar no ser mejor, ni peor, si no tan solo tu misma, y que alguien lo ame.

Y que alguien te ame

Y que alguien me ame

Y que alguien ame