miércoles, 9 de marzo de 2011

Algo tiene ese sabor tan amargo que me ayuda a dormir.

Siempre, de pequeña, por motivos que hoy logro entender, y que quizás no fueron del todo acertados,

me dieron todo aquello que pedí.

...Pero no todo dura para siempre...

Por fin, un día sin el que hoy no sería nadie.

La vida me hizo cara.

Y me denegó algo que deseaba.

Y si, era una niña...

Y lloré.

Y grité.

Y pataleé.

Y no pare hasta que me vi, en el suelo sucio, frío y blanco de mármol, sola.

Años después, sin ser tan niña...

Me encontré en la misma situación...

...Por haber perdido lo que quería...

Con la única diferencia de que:

las lágrimas eran más ácidas

los gritos más desgarradores

y el suelo estaba limpio.

Ahora,

ahora.

Siendo una mezcla de algo que aún nadie ha logrado descifrar ni entender,

lo he aprendido.

Acepto aquellas cosas que no dependen de mi.

Pero una cosa es más firme y segura que en cualquier otro momento...

y es que lucharé por las que sí.

Y lo conseguiré.

Porque soy así

El mundo me ha hecho así,

y el vino me hace escribirlo así.

....

....

Nunca me voy a rendir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario