Y la inspiración se convirtió en eterna, la llameante ira acabó con la inocencia de sus ojos, una corona de espinas se posó sobre su corazón, su sonrisa se tornó triste, sus castigados latidos pausados, estremecidos, apagados, muertos... Pidieron misericordia...
Y allí quedó todo. Poco a poco su cuerpo perdió vida..
La inspiración se tornó en una expiración purificadora, todo se fue con ella, y el viento se lo llevó, se lo llevó, no se dónde en una habitación cerrada, sin ventanas, vacía.
Pero secó sus lágrimas...
Lo peor de todo, es que nadie tiene la culpa, nadie controla sus sentimientos, nadie los manipula, nadie los crea o los destruye, ellos son por si mismos, y por si mismos eligen a quién amar o a quien odiar...
Pero la vida sigue...
Un mal día, un mal de amores o una enfermedad que consuma tu aliento, pero la vida sigue, los sentimientos seguían andando por el río de sangre, lo sentimientos seguían...
Todo ser humano nace con una pregunta a la que encontrar respuesta y no conozco a nadie vivo que lo haya conseguido.
Por eso hoy como otras muchas veces, y puede que de manera más sádica, acepte, que no amo, que no soy digna de amar ni de ser amada, y pido perdón a todos ellos que como a mí, por capricho de una ola de sangre, hayan sentido el vacío, por haberme tenido cerca, y después yo sin saberlo haber desaparecido.
Nunca fue mi intención dañar a nadie.
Nadie podrá amarme tal y como soy nunca.
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