miércoles, 4 de mayo de 2011

Pense...

Mientras se encondía la luna detrás de aquellas nubes, mientras lo hacía tras aquella oscuridad.

Pensé si sentiría miedo, o si la luz que ella misma desprendía era suficiente para no perderse entre todo aquello.

Mientras la luna se escondía tras aquella bruma, mientras lo hacía silenciosa imperceptible a la vista de aquellos.

Pensé en todas las personas que se esconden tras una falsa apariencia, se esconden, y la palabra esconder es la que me hacía pensar...

¿Tendría miedo la luna? ¿De que se escondería? y empecé a ver mi reflejo, aquel que huía de mi propio peso, de mi propia vista, de mi, mi sombra.

Pense de qué se había estado escondiendo, que era lo qué le asustaba, y recordé...

Recordé una época en la que no sentí miedo, ¿Por qué no podía ser aquella? ¿Qué aquello lo había cambiado todo?

Lo supe entondes, y lo se ahora...

Ya no habrá ningun esconder, porque los miedos se fueron con la sombra, se esfumaron con la bruma, el brillo de la luna fue suficiente, las nubes siguieron su camino en busca de otras personas que ocultar, otras apariencias que forjar, pero ya no sería en mi cielo.

Es bonito saber quién eres, poco a poco descubrirlo, porque cuándo lo haces, no se te vuelve a olvidar.

Una persona que evoluciona, que mejora, porque el tiempo sigue su transcurso, y aquello que la forma cambia, es bueno nutrirse, igual de vino que queda en reposo el tiempo suficiente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario